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lunes, 1 de octubre de 2012

Capítulo 4.

 Antes de nada, deciros que cada día hay más lectores y os lo agradezco. Porque sé que cuesta seguir una historia día a día por si os aburren algunas cosas y eso. Pero os aseguro que se volverá cada vez más entretenido. Por otro lado, busco una colaborador/a o colaboradoras/res para el blog, para que pongan noticias, videos, fan-arts... lo que quieran. Simplemente que se pongan en contacto conmigo por tuenti o por un comentario. (Mi tuenti, por si alguien no lo sabe, es Johanna Mason Tribute.) Sin más demora, os dejo con el capítulo 4.

 El oxígeno empieza a faltar, yo comienzo a marearme, y no me caigo de bruces al suelo de milagro. Es como un Deja-vú. A quien veo en la pantalla, caminando hacia el escenario con rostro asustado, es a Gaby y no a mí. Uno, dos, tres, cuatro escalones.

 La mujer capitoilense hace gestos exagerados, sonríe forzosamente y me pasa sus largos brazos rosados por los hombros. No oigo sus palabras, no oigo nada. Ella coge la segunda papeleta, la de los chicos, y dice un nombre que yo no llego a oír. A medida que recupero mis sentidos, descubro que Dan me mira. Sé lo que está pensando, en que se ha convertido en el mentor de esa chica a la que tanto le gusta fastidiar.  Mientras, el tributo masculino, sube al escenario y puedo verle mejor. Es un niño de doce años. Su pelo rizado, esos ojos oscuros y temerosos... me recuerda demasiado a Evelynn cuando la eligieron como tributo. Recordarla me provoca un nudo en la garganta.

 Rossie se despide de su ''querido'' público y nos arrastra literalmente al interior del edificio de justicia. Me encierran en una habitación en la que nos despediremos de nuestros seres queridos. Me da igual todo, sé que la única que va a venir y necesito que venga, es Danae. Y aparece, con el rostro totalmente quebrado. Me abraza. La abrazo yo a ella.

 -Tienes que ganar. No pienses en el pasado, Skiley. - contesta. No hace falta que diga a qué se refiere. Gaby.

 -Es difícil... - murmuro en tono débil.

 -Sé que lo es, pequeña. Pero tú eres fuerte. Desde hace dos años tienes una fuerza descomunal. Eres tan rápida como lo era tu hermano. - eso me hace humedecer los ojos. -Shh... - comienza a secarme las lágrimas que ruedan por mi mejilla. - No llores, no les des esa satisfación.

 Asiento, pero tardo cinco minutos en calmarme. Y se acaba el tiempo. Demasiado pronto, siempre, todo, es demasiado pronto. El agente se la va a llevar. Ella me da un beso en la frente y comienza a salir. Antes de que la puerta se cierre, dice algo con los labios sin usar la voz. Lo pillo a la primera. Es una simple y sencilla palabra, es una orden, no hace falta que me pongan una pistola en la cabeza para cumplirla. Y la palabra que Danae me ha dicho, es ''Véngale''.

 El tiempo que me queda, me lo paso acurrucada en el sillón de terciopelo que hay en la sala. Acariciando la tela una y otra vez. Sé que no vendrá nadie más. Y llevo razón, claro.

 Antes de que nos vayan a llevar a la estación me retoco el pelo y la cara, no quiero que nadie sepa que he estado llorando, no pueden saberlo. Me tacharían de débil, me convertiría en una presa fácil para los distritos profesionales.

 Me escoltan hacia la entrada, donde hay un coche esperando. Nunca he visto un coche, solo algún camión que se lleva la leña hacia los trenes de mercancías. Me monto al lado del niño, Rossie está en el otro extremo y Dan en el asiento del copiloto. Ella no para de hablar y charlotear como una loca. Resoplo con aire resignado y llegamos a la estación. Todo está lleno de reporteros y cámaras que quieren reflejar mis emociones, pero no dejo que las encuentren. Me mantengo seria y camino al tren.

 Su interior me deja completamente alucinada. Es grande y espacioso, lleno completamente de lujos y comida. Miro todo realmente fascinada. Es increíble. Nos sentamos en unos sillones con la misma tela de terciopelo que la del sillón del edificio de justicia y miro por la ventana. Dan se sienta frente a mí, mirando expectante, como si esperase a algo. Le ignoro y echo una última mirada a mi hogar. A sus aires, sus recuerdos. La primera vez que abracé a Evelynn, cuando correteaba con Gaby jugando al pilla pilla. Esos días de tormenta en los que Danae se dedicaba a peinar mi cabello. Me llevo lo mejor de cada uno de ellos, a pesar de que dos ya no estén aquí. Y también me llevo otra cosa. Una palabra que retumba en mi cabeza. ''Véngale.''

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!!Me encanta tu blog y tengo ganas de seguir leyendo,cuando vas a subir el 5º mas o menos? Un beso!